miércoles, 16 de enero de 2008

Audrey Hepburn, Eterna Princesa

Mujer de frágil belleza y sublime elegancia, Audrey Hepburn fue una de las actrices más estilosas de todos los tiempos.

Nació el 4 de mayo de 1929 en la ciudad belga de Bruselas, en el seno de una familia de clase alta, su madre era una aristócrata de origen holandés y su padre era un banquero británico. El pomposo nombre con el que fue bautizada fue el de Edda Kathleen Van Heemstra Hepburn-Ruston.
Tras el divorcio de sus padres, Audrey permanecería con su madre y se iría a Inglaterra. En Londres asistiría a colegios privados y a clases de danza.
Su delgada y alta figura le conseguiría la oportunidad de introducirse en el mundo de la moda.

El siguiente paso sería intentar la entrada en la industria cinematográfica, entrada que se produjo a finales de los años 40 tras la oferta realizada por un productor holandés (país donde pasaba sus vacaciones y en donde residía en largas temporadas) para intervenir en "Nederlands in 7 lessen" (1948).Eran papeles de figurante que fue poco a poco incrementando con el paso de los años. En ese periodo apareció también muy brevemente en la famosa película de la Ealing "Oro en barras" (1951). Decidida a hacerse un hueco en el mundo del cine, Audrey se marchó a Hollywood para probar suerte y la verdad es que no pudo ser más afortunada. Tras revelarse en Broadway con "Gigi" consiguió su primer papel americano en una película de William Wyler llamada "Vacaciones en Roma" (1953), una comedia romántica co-protagonizada por un ya estelar Gregory Peck.
El film fue todo un éxito y su aristócrata interpretación premiada con el Oscar a la mejor actriz. No cabe decir de que fue la intérprete femenina revelación del año. En los años 50, Audrey se presentaba como un tipo de belleza muy alejado de las carnosas féminas estilo Jane Russell, Marilyn Monroe o Jayne Mansfield, su elegancia y apariencia distinguida fueron muy bien aprovechadas en películas de corte romántico de múltiples variantes como "Sabrina" (1954) de Billy Wilder, "Una cara con ángel" (1956) de Stanley Donen o "Ariane" (1957) también dirigida por el gran Wilder.
Tras su divorcio de Ferrer y su boda con el médico Andrea Dotti en enero de 1969 (se divorciarían en 1982), Audrey Hepburn se retiró del cine para ocuparse de sus dos pequeños hijos durante unos años regresando en 1976 con la crepuscular historia sobre Robin Hood desarrollada en "Robin y Marian" (1976), un film dirigido por Richard Lester y co-protagonizado por Sean Connery.
Sus posteriores apariciones en la pantalla grande se cuentan con los dedos de una mano siendo su último trabajo el compartido con Steven Spielberg en "Always" (1989).
En los años 80 y 90, la principal tarea de Audrey fue la humanitaria, ayudando a los niños pobres como embajadora especial de la UNICEF, esta tarea sería recompensada con un premio póstumo especial Jean Hersholt, póstumo pues moriría debido a un cáncer de colon en Suiza el 20 de enero de 1993. Tenía solamente 63 años.

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